Siguiendo ruta, y abriendo nuestra mente, salimos de nuevo al camino. Un poco cansados llegamos a Ciudad Rodrigo antes de nuestra parada. Ciudad Rodrigo y su patrimonio nos recargó de energía, llenamos la despensa y hablamos con nuestras familias. Ya preparados nos dirigimos a Robleda. Su Ayuntamiento y su Centro Cultural fueron nuestros espacios de trabajo.
El panorama que encontramos no fue muy halagüeño, quizás por los horarios, quizás por falta de información, o simplemente por falta de interés, la participación fue bastante escasa. Pero eso no nos desanimó, aunque para ser sinceros, si un poco. Los participantes fueron escasos pero con ganas de participar, recibir y dar, como nos dijo una de las personas que asistió “por muy mayor que seas no debes dejar de aprender”, así que seguimos aprendiendo.
Los talleres didácticos fueron otra cosa, y como en el resto de la ruta
compartimos conocimiento y arte. Gran parte de la población de Robleda es
emigrante (en Francia y Alemania principalmente) que sólo pasa el verano en el
pueblo, así que tuvimos unos talleres multiculturales, con algunos de los
nietos de esos emigrantes, comprobando que a pesar de las dificultades que
suponía no saber alemán, la comunicación a través de objetos era efectiva.
El buen tiempo y lo reducido del grupo posibilitó llevar la mesa de
trabajo al espacio público, la plaza de pueblo, dónde Ángel Iglesias y Juani
García, compartieron con nosotros su visión sobre la gestión social del
patrimonio y el problema del activismo en este tipo de iniciativas.
Gracias las personas que participaron, a Juani García de Arqueoart y su
trabajo en la didáctica del patrimonio, Ángel Iglesias, organizador de las
Jornadas Internacionales de Estudio del Rebollar, y sobre todo gracias a esas
personas que ya han vivido mucho, que todavía no han perdido las ganas de
aprender.
Municipio de Robleda
530 habitantes.
localización: Cabecera de la comarca de El Rebollar, próxima a Ciudad Rodrigo. Este
municipio presenta numerosas tradiciones que se reflejan en elementos como su
indumentaria, en una curiosa habla ancestral, que rememora las tierras más
septentrionales de la península, y un mantenimiento de la arquitectura
tradicional, con interesantes corrales y viviendas.